Seguro que alguna vez has visto a alguien con muchas «verrugas» marrones y rasposas. Y probablemente lo que esta persona tenía no eran «verrugas» como tal, sino queratosis seborreicas. Si tienes más de 30 años puede incluso que las tengas en tus propias carnes. Si no, fíjate en la cara o la espalda de alguien mayor. Con el paso de los años, prácticamente nadie se libra de tenerlas. Hoy te cuento todo sobre estas lesiones que son un motivo de consulta muy frecuente en mi consulta.
¿Qué son?
Las queratosis seborreicas son tumores benignos de la piel muy frecuentes que consisten en una proliferación de queratinocitos (las células más abundantes de la epidermis, la capa más superficial de la piel). Aparecen generalmente a partir de los 30, pero también pueden verse en gente más joven. Existe una predisposición genética para su aparición, y aunque no se conoce de qué forma se heredan, es muy frecuente que los pacientes en consulta nos cuenten que sus padres o abuelos tenían lesiones similares.
¿Por qué aparecen estas «verrugas» marrones y rasposas?
La causa es aún desconocida. Se ha sugerido la influencia de la radiación ultravioleta o del virus del papiloma humano, pero no está claro. Se han encontrado mutaciones en algunos receptores celulares pero esto no quiere decir que puedan volverse malignas. Sí sabemos que aparecen con más frecuencia en personas de raza blanca y que afectan por igual a hombres y a mujeres. Suelen empezar a aparecer sobre la cuarta década y continúan apareciendo a lo largo de la vida, por lo que son un signo más de envejecimiento cutáneo.
¿Cómo se manifiestan?
En resumen: «verrugas» marrones y rasposas.
Individualmente, las lesiones son como una especie de verruga (entendiendo “verruga” como se llama vulgarmente a todo lo que sobresale en la piel, que ya vimos en este post que no es correcto), de color marrón, a veces más claro, a veces más oscuro, a veces con varias tonalidades. Su tamaño es variable pero con frecuencia miden más de un centímetro y, en ocasiones, son gigantes y miden más de cinco centímetros. A veces son planas, otras son más excrecentes, verrugosas, sobreelevadas. Suelen estar muy bien delimitadas y parecen como pegadas a la piel. Si las rascas (con la uña o con algún instrumento, como usamos nosotros), se pueden desprender fácilmente. Esto puede ocurrir incluso espontáneamente, y el paciente nos cuenta que se “descascarillan” y se caen.
Suelen ser múltiples y pueden aparecer en cualquier parte de la superficie de la piel (no en mucosas ni en palmas o plantas): cara, cuero cabelludo, cuello, extremidades y tronco, sobre todo en la espalda y en la región submamaria en las mujeres. En la espalda suelen adquirir una distribución típica en “árbol de Navidad”.
Queratosis seborreicas múltiples en el tronco dispuestas «en árbol de Navidad» Múltiples queratosis seborreicas en el cuello
Generalmente son asintomáticas, pero pueden irritarse debido a traumatismos (por ejemplo si están en cuero cabelludo, con el peine) o fricción (por ejemplo en la espalda, por la ropa), y entonces provocar picor, dolor o sangrado. A mí me da la impresión de que la mayoría de los pacientes en la consulta sí refieren picor, pero quizás sea simplemente que éstos consultan más que los que no tienen ningún síntoma.
No es habitual que regresen espontáneamente, pero sí se ha visto su desaparición espontánea tras aparecer repetinamente en algunas circunstancias, cuando esa circunstancia cesa: en el embarazo, en el caso de algunas enfermedades inflamatorias de la piel o tras ciertos cánceres, como el de pulmón o gastrointestinales (lo que se conoce como el signo de Leser–Trélat). Además puede ocurrir la inflamación de las queratosis seborreicas preexistentes durante el tratamiento con algunos quimioterápicos.
¿Cómo se diagnostican?
La mayoría de veces l@s dermatólog@s no necesitamos nada más que mirarlas para reconocerlas. Ojo porque algunas pueden parecerse a lesiones más importantes por lo que, incluso l@s dermatólog@s, en ocasiones tenemos dudas y nos ayudamos de un aparatito, el dermatoscopio, que nos permite diferenciarlas de otras lesiones como los lunares o el cáncer de piel. Si, a pesar de la dermatoscopia tenemos dudas, realizaremos una exéresis y enviaremos la muestra a analizar para confirmar el diagnóstico de sospecha.
¿Se pueden complicar?
Estas «verrugas» marrones y rasposas pueden irritarse o inflamarse, pero no malignizan y no tienen mayores complicaciones.
¿Cómo se tratan?
Como he dicho, al ser lesiones benignas, que no malignizan y asintomáticas, la mayoría no requieren ningún tratamiento. Si te molestan o las consideras antiestéticas, tenemos varias herramientas para eliminarlas: desde nitrógeno líquido, bisturí eléctrico, curetas o láser de CO2.
Algunas preguntas de los pacientes:
- ¿Se puede hacer algo para evitar que salgan? No. Yo siempre explico que son como las canas, que mientras vayamos cumpliendo años irán apareciendo, así que hay que ser positivo y entenderlas como un signo de salud.
- ¿Se puede hacer algo para que no piquen? La aplicación de alguna crema hidratante y evitar los roces o traumatismos puede ser suficiente para calmar el picor.
- ¿Y me tengo que quedar con esto para siempre? Como he explicado hay varias formas de eliminarlas. Pero hay que tener una cosa en cuenta: el tratamiento de estas lesiones banales no entra en la cartera de servicios del sistema nacional de salud, por lo que si tu médico te deriva al dermatólogo por este motivo no debes extrañarte si solo te informan pero no te las tratan.
Espero haberte ayudado a reconocerlas y haberte tranquilizado si las tienes. No obstante, ante la mínima duda, consulta siempre con tu dermatólog@. Y si te cansas de ellas, pide cita porque los resultados que conseguimos son excelentes.
¡Feliz semana familia!
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